Confesiones de un caballero en cenizas
Monstruos de pesadilla, escenas deformadas,
evidencias de una mente sin cordura. He de percatarme de tanto más de lo hecho
hasta ahora. Mis memorias son profundas, y en mi presente deseo ¡No! Lucho por
redimirme, por combatir el dolor de la pérdida inesperada de la gloria aún más
inesperada.
En la temporada de los cadavéricos árboles y los
vientos de Polaris, tras recorrer los
palacios dionisiacos y en ellos confesar mi pecado ante un camarada, dando a
conocer mis aflicciones. Tras apuñalar a una dama por negarse a darme muerte, y quebrar el recipiente de mi espíritu. Al
final, abrí mis ojos, y en consecuencia recordé el plan que otro yo armó al
inicio de mi cruzada.
Todo estaba hecho. Todo era ya conocido. El secreto
fue el divino plan elaborado y olvidado
hace tanto, llevado a cabo por un títere que resultó ser el titiritero.
Me levanto de las cenizas y continúo el camino que,
ahora sé, nunca fue errado. Sólo necesité recordar su sentido.
Áureo Boix
3 de diciembre de 2016