Ella se fue
alejando por el largo de la calle, con un veloz caminar. Su roja cabellera
ondeaba ante el viento tal fuego. El uno la miraba curioso; casi maldijo la
lentitud del vehículo causada por el atolladero de automóviles, que llegaba al
punto en que un peatón superaba su avance con facilidad.
-Tu mirada es
la de un perro mal alimentado-. Se apresuró a decir el otro.- Te creerán
acosador. No mucho te falta.
El uno hizo
caso omiso. Pensaba ¿Sería posible que fuera ella? Estaba seguro que no, ella
se había ido para no volver.
La respuesta
del uno, sin palabras, fue definitiva.
El otro
continuó.
-Lo único que
harás es mirarla desde la distancia. Eres extraño, ni siquiera pretendes acercártele
¿Tienes miedo? ¡Oh, ya entiendo! ¡El parecido es mucho! Pero al no ser aquella
que se fue, te sientes decepcionado, y tienes razón en estarlo.
El otro se
detuvo, al ver la falta de efecto en sus palabras. Aunque siguió después de un
momento.
-
No es ella, eso es imposible ¿Piensas salir sólo para
ver de quién se trata? ¡Qué ridículo! ¡Ja! Y no lo harás, pese a que desees
hacerlo-. El otro se burló del uno.- ¿A qué le temes? ¿Quién se irá a morir acaso?
-
Las posibilidades.
COINCIDENCIA
¿Quién era ella? ¿Quién había sido
aquella? ¿Había una relación entre ambas o era una sencilla coincidencia? En
este caso tenemos una serie de hechos conocidos, sucesos o aspectos tomados
como ciertos, verdades con un aparente valor absoluto, al menos a falta de un
algo comprobable que pueda refutar lo sabido. Habremos de llamar a estos
axiomas.
En
el caso del uno y el otro en el instante, tenemos los siguientes axiomas:
1.
Hay dos personajes conocidos, el uno y el otro.
2.
Ambos discuten acerca de algo que mira con atención el
uno, mientras el otro sabe lo que el uno hace.
3.
El otro se ve afectado por el uno. Le reclama, le
discute, se burla. Sus intenciones son inciertas.
4.
Hay un vehículo, detenido sin más, o por lo menos
moviéndose a una velocidad muy baja.
5.
Hay una chica que camina por la calle con aparente prisa,
es posible que tenga algo importante que hacer.
6.
Hubo otra chica, en algún punto pretérito, quizá
hipotético, a la que el uno y el otro conocieron o creyeron conocer. Por algún
motivo esta no puede estar en el presente, de forma tajante.
7.
Ambas chicas tienen similitudes físicas extraordinarias.
Incluso el uno piensa que la mujer que ve desde el vehículo podría ser la misma
que conoció en algún momento. Esto contradice la imposibilidad previamente
planteada. Sin embargo, no excluyo este detalle del axioma anterior a causa del
posible deseo exacerbado y de carácter idealista del uno.
¿Qué
tengo que ver yo en todo esto? Mi relación con el uno y con el otro es bastante
estrecha ¿Quién soy yo? Yo soy, y también no soy. En mi está lo posible, soy lo
que puede ser, más no es. Soy la posible síntesis de una dialéctica compleja y cotidiana.
Hay uno u otro más similar a mí, lo que debe ser es el, más nunca podrá ser. No
habla este personaje, a causa de carecer de voz y voto, y aunque los tuviera no
hablaría, en el hay muchísimo resentimiento. Él es lo que debe ser, y nunca
podrá ser; yo soy lo que no es, pero que siempre podrá ser. No puedo ser algo
definido, debido a que el carácter de mi ser carece de forma, es el conjunto de
las posibilidades.
El
uno parece tener temor de la concretización de los hechos, y por consiguiente
de la mía, puesto que teme la exclusión de las posibilidades. Piénsenlo, si mi
ser, o las situaciones, toma una forma determinada con base en el alcance de un
cierto evento, todo lo que podría haber sido cerrará en torno su propia
imposibilidad nacida de la exclusión de los acontecimientos previamente posibles,
y quizá concebidos.
Puedo
comprender al uno, particularmente le tengo empatía, y mucha estima, entiendo
que si la chica que observa con ansiedad resulta no ser aquella que ya no puede
ser, ese uno u otro que se parece a mí perderá parte de sí, hasta cierto punto
morirá. No conforme, yo me veré transformado de forma irrefrenable e irremediable.
El caso contrario se puede considerar imposible, con base en lo admitido como
cierto dentro de lo aceptado en una realidad como usualmente es considerada
esta. Sin embargo, en este caso la opción cabe dentro de lo particularmente real
del asunto. Por tanto, ésta segunda opción representaría la felicidad absoluta
del uno, pero con ello la pérdida de todas las posibilidades surgidas en caso
de que la mujer se trate de otra persona a la esperada, y con ello de una
homogenización de lo que puede llegar a ser. En todo caso, ambas opciones encuadrarían
la realidad futura en su respectiva resolución. Mientras no haya resolución, yo
carezco de forma, me mantengo como un hecho posible con base en una puesta en
suspenso de la verdad. No me queda mucho que decir, no quiero hacerlo, dicha
acción limitaría mis posibles eventualidades. Sin embargo, quiero poner algo en
consideración, si yo me autonombro, me identifico y me concibo como algo
definido, o en caso de no serlo ¿Existo? ¿Soy real acaso?
Antonio Arjona Huelgas
7 de julio de 2016
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