<<No
me puedo mover, hay una mosca tras la cortina. Sé que quiere matarme. Puede
hacerlo, no lo dudo, ella en especial. Siempre está ahí, siempre ha estado ahí.
Pequeños pasos recorren la barrera, maliciosa. Con un objetivo concreto, e indescriptible
maldad, disfruta de mi sufrir, y se jacta de su victoria. No tardó es hacerse
de mi cuarto y encerrarme entre vidrio y el telón. Sabe que tras el cristal
sólo queda mi muerte. TAC TAC TAC. Suena al estrellarse contra la tela, una y
otra vez, una y otra vez. TAC TAC TAC TAC TAC TAC. “¡Ya! ¡Vete ya!” grito
desesperado. No consigo calmarme. Quiere mi muerte, lo sé, quiere volar y
alimentarse de mi cadáver. El sudor incontrolable corre por mi frente y
humedece mi ropa. Frágiles lágrimas de miedo y frustración bañan un rostro
quebrado, de alguien hundido en la desgracia “¡Largo! Déjame en paz, no sé por
qué haces esto ¿Qué quieres? ¡¿Qué quieres?!” Vuelvo a gritar, mintiendo. Bien
sé lo que desea y también el motivo de ello, y de todo esto. Me gustaría
escapar después de que se vaya, pero sé que no se irá, ya me ha seguido mucho
tiempo, y escapé otras veces, más no creo aguantar esto mucho tiempo más. Estoy
cansado, y no puedo más. El vuelve a golpear, esta vez con más fuerza, enojado.
TAC TAC TAC TAC TAC TAC TAC TAC
TAC TAC TAC TAC TAC TAC TAC TAC TAC TAC TAC. “¡Ya!” Grito más
fuerte y más desesperado que nunca en mi vida. La mosca zumba con fuerza, la
habitación entera se inunda por el frenético zumbido del demonio. Con más
fuerza a cada momento. Más y más y más fuerte. Estoy harto de todo esto, queda
una salida, y no hay más, mi última oportunidad. No ganará, perderé, sin
embargo no le dejaré ganar, tendrá una victoria a medias, pues yo también le
habré derrotado. Me lanzo por la ventana>>.
***
Al
encontrar el cadáver, los policías miraron con extrañeza la escena. No había
señales de que la puerta hubiera sido forzada ni que persona alguna lo hubiera
matado. En el departamento, tras casi una hora de golpear la puerta,
reforzada tapado con trapos en las
orillas, la única cosa viva encontrada
fue una mosca, así como el único rastro y no había forma de bajar a través de
la ventana, ya que se hallaba en el octavo piso, y ni siquiera era posible
descender escalando. “La mosca lo mató” dijo un policía a modo de broma. Su
compañero le respondió que alguna vez había leído una historia en la cual una
mosca atrapaba el espíritu de una persona, y perseguía al asesino de esta para
vengarse. El otro le dijo haber escuchado alguna vez una leyenda en la cual uno
de esos pequeños insectos deseaba tanto ser humana, que intercambiaba su cuerpo
con uno. En la historia se explicaba el origen de una determinada especie de
mosca de alas coloridas. Ambos oficiales rieron y salieron del ahí, especulando
acerca de lo ocurrido.
Al
final, mientras subían el cuerpo del difunto a una camioneta para transportarlo
a la morgue, una regordeta mosca se posaba por encima de su cabeza.
Antonio
Arjona Huelgas
10
de febrero de 2017
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