Soy el final.
La fuerza corre mis puños como si se tratasen de agua, pasé
del sólido al líquido a causa del fuego de mi propia sangre, encendido ante el
combustible de mi último aliento. Mis
movimientos tienen lugar en todas partes, en el suave céfiro y en la potente
ventisca, en los mares y en el ardiente núcleo del mundo. Lucho contra mí
mismo, contra un vano reflejo de lo que soy, pero que habita en todo mí ser. La
ilusión de un sueño al que enfrento todas las noches, a pesar de que todas
ellas son una misma, un profundo y perenne letargo.
Al terminar mi refulgir, me adentro en el vacío, donde la
vida original, la primera existencia del ser. Al cerrar mis ojos veo la luz de
lo que fue y lo que pudo haber sido, y de lo que será. Mi sitio está siempre al
término de las cosas, de la expansión del espacio en el
tiempo, y en el fin de todo. A veces las cosas vuelven a salir de mí, nacen de mi
muerte, de mi cuerpo inerte, aunque este sea formado por la inercia de todas
las cosas. No obstante, tras de mí no hay nada, ciertos algos nacen de mí en
ocasiones y dan lugar al Ser, pero no siempre es así, o mejor dicho, siempre es y a su vez nunca lo es. En momentos, formas y lugares las cosas terminan y
nunca vuelven a ser. Lo que de verdad está roto no se puede reparar, ciertos
caminos son irreversibles.
Yo no soy vivo, yo no soy muerto. No soy vida ni muerte, aunque me asemejo a la segunda. Soy
el fin de todo. Mis progenitores fueron la Permanencia y el Cambio, Lo que está
o es y Lo que no está o no es, la Eternidad y la Transformación, o bien la Vida
y la Muerte. Yo soy quién o qué está entre ambos, soy el hecho en sí entre los
procesos, y no el suceso o hecho particular antes y después del cambio, ni
siquiera el proceso como tal. Nací tras un conflicto entre mis padres, Permanencia
y Transformación, de sus voces y suspiros, entre sus fuerzas que de forma
continua se anulaban entre sí, de agresiones y resistencias. Soy lo surgido
entre las fuerzas primarias del Todo, que es sólo en la nada. Soy el Final.
Áureo Boix
Alguna parte
18 de mayo de 2017
Muy bueno! Un placer leerte.
ResponderEliminar¡Muchas gracias! Perdón por responder meses después, no me había percatado del comentario hasta ahora. Es que a veces soy un poco distraído
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