Las
olas rugen y golpean a mí alrededor con fuerza, mecen la isla sobre la que me hallo
haciendo temblar sus cimientos. Los rayos pulverizan mis fragmentos gritando y saltando. Me derrumbo en mi propia
avalancha ante los estrepitosos pasos de la Tierra; su velocidad me abruma y su
fuerza me aterra, su poder me ciega e invade. Siento sobre mí su mirada penetrante
y la veo difuminada entre las arenas del desierto, la figura del mundo, la de
una mujer y un ave, encimadas y en sincronía, tocando una melodía cuya armonía
es tan perfecta que se manifiesta en su imagen. Es mi madre Isis que llora ante
la muerte de mi padre; y yo aúllo ante la impotencia. Su ba le abandona con
cada suspiro, y el ka no se alimenta, hasta su sombra la ha dejado ¿Cuándo fue
que Maat se derrumbó? ¿En qué momento nos abandonó Ra, padre de todos nosotros,
que dio forma a las partes seccionadas de Atum, el Todo? ¿Por qué se habría
molestado en formar el mundo si nos abandonaría entre la crueldad del desierto
y la tempestad del océano, con ríos que dan vida pero quedan secos, con la debilidad
de la vida y las fauces de la muerte a las que nos acercamos girando? Ni nosotros
los dioses, llamados inmortales por los hombres, estamos libres de los
colmillos de Apep, que es la noche, la oscuridad y la nada. Ra navega el
firmamento llevando el sol a todas partes, pero no entiendo su cometido pues
nos tiene abandonados en un mundo sin sentido ¿Debo acaso vengar a Osiris, mi
padre? Quién ahora reina entre vivos y muertos en un tiempo sin final, más sólo
como un cadáver incompleto cuya influencia reside no más que en su recuerdo
¿Por qué disputar ante la corte de los divinos por el mundo que debía regir mi
difunto progenitor? Él está muerto y yo podría terminar igual, para aumentar
las lágrimas de Isis que entonces podrían inundar el mundo y arrasar con la
humanidad por su pesar ¿Dónde estás Amón, padre de todo lo creado? ¿Qué acaso
tu nombre no significa <<el Oculto>>? ¿Qué no guardas refugio entre
el céfiro y la ventisca? ¿En el norte y en el sur, en poniente y occidente?
¿Por qué no escuchas los llantos de mi madre? ¿Por qué no ves sus lágrimas? ¿No
oyes los suspiros? ¿No ves cómo se arrodilla y grita por la traición de Set?
¿No escuchas mis plegarias? ¿Ni mis penas? ¿Ni siquiera mis reclamos? ¿Acaso tú
también estás muerto? ¡Dime Ra por qué me has abandonado! O deberé ahogarme en
la nada y arrancarme los ojos que son la falsa bendición con la que me has
hecho ver todo, mucho más de lo que cualquiera debería ¡Responde padre o deberé
darte por muerto! Dime si debo creer en ti por fe a las palabras dichas por
Isis durante mi niñez. Estoy perdido y mi madre muere lento por el dolor. Al
final quedaré yo solo en esta eterna confusión, aún si derroto a Set, en una
tierra llena de cadáveres andantes. Señor ¡¿Por qué me has abandonado?!
Antonio
Arjona Huelgas
9 de
septiembre de 2017
¡Maravilloso!
ResponderEliminar¡Muchas gracias!
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