El
impacto de esta lucha comienza a generar un estremecimiento en mi cuerpo.
Apenas y puedo mantenerme en pie, es probable que muera al final de este día,
asumiendo que llegue al final de este. Sin embargo, no puedo rendirme ahora, si lo
hiciera mi existencia no tendría sentido.
Un héroe, por lo que sé, debe mantener sus ideales hasta
el final, defender la libertad y la vida de las personas, aunque el mismo pueda
perder eso por lo que protege a los demás. Tal vez sea un guión trillado, algo
sacado de una historia ficticia: una arcaica leyenda, un romance medieval, una
crónica, una novela moderna, o bien una historieta. No lo sé, la vida misma
podría no ser más que la proyección, la idea o construcción de una persona
externa, o quizá de uno mismo ¿Y qué si es así? Mi vida no tiene más objeto si
dejo de ser lo que soy, seré únicamente el recuerdo de un recuerdo, un trozo
más del vacío absoluto, de la nada que existe en cada uno de nosotros, en los
sueños y ambiciones muertas.
Con
cada golpe que doy me debilito más, pero no perderé, puesto que la derrota no
ha presentado nunca frente a mí. No puedo, soy el héroe ¿no? Soy yo el único
que puede mantener mi mundo a salvo ¿A menos que el creador de mi historia se
le ocurra crear a otro como yo? Eso es imposible, casi puedo asegurar que me
resucitarán de alguna extraña manera debido a la pérdida económica que tendrá
el quitarme de la historia. Pero ¿y si precisamente me está matando por eso?
Creo que de todas maneras seguiré viviendo de alguna forma, puesto que no soy
sólo un héroe, yo soy el héroe. Viviré en tanto que haya aspiraciones, alter
egos, proyecciones del subconsciente de algún sujeto que puede ejercer un
pensamiento, aún en su forma más elemental. Siempre que exista el valor, el
coraje, las utopías y la posibilidad de que las cosas mejoren, o que lo
considerado bueno perdure.
Yo
soy el Héroe, no seré vencido por más fuerte que sea mi oponente, así pueda
matar, tentar almas, aniquilar ciudades o países enteros, inundar el mundo,
hacerlo polvo, o incluso acabar con el universo o con un posible conjunto de
estos. Doy golpes y patadas, blando mi espada, con el escudo en mi otro brazo,
disparo como el más grande de todos los tiradores, mi fuerza puede ser tan
grande como la del mismísimo cosmos si me lo permite así mi transformador.
Puedo morir, puedo caer, pero siempre me levantaré de las cenizas, resucitado,
o bien apareceré como otra persona. No tengo problema con ello, yo soy más que
una persona, soy el ideal que habita en las almas y mentes de todos y cada uno
de los seres humanos. No sé si los demás seguirán siendo lo que son si yo dejo
de ser quien soy. Desconozco de qué forma puede afectar esto a la existencia,
pero nada de eso me importa. Nací del Equilibrio y de la Vida, del Deseo y de
la Muerte, sólo tengo una labor, una que parte de la esencia misma de mis
progenitores. Sin embargo, yo mismo soy sólo una esencia.
Vuelo hacia el infinito con los puños al frente. Mi
cuerpo se está quebrando. El motor que me impulsaba ha desaparecido, aunque eso
no hará que me rinda. Continuaré hasta el final, si alguna vez este llega,
luchando contra toda forma de Desequilibrio, ansiando ser aceptado algún día en
el núcleo de la totalidad, junto a los que me vieron nacer.
No es momento de pararme a pensar, mi deber es continuar.
Impulsado por un anhelo, a la espera de la conflagración final, cuando al fin
haya llegado mi conclusión. Yo no busco redimirme, pero alguien si lo hace; no
quiero alcanzar la victoria de unos sobre otros, ni la defensa ciega de algo
que igualmente caerá al olvido, pero mientras otros tanto ansíen tales
recompensas no puedo negarles mi ayuda.
Soy un héroe, y siempre lo seré. Mi muerte pronto
llegará, pero eso no importa, con lo último de mis energías combatiré, puesto
que mi destino no puede ser ningún otro. Nada tendría sentido si yo fuera de
otro modo. Yo soy el Héroe, y así será,
más allá de la eternidad.
6 de Marzo de 2016
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